El consumo regular de este cultivo es uno de los grandes auxiliares de los intestinos y de la flora benéfica, siendo su principal virtud la capacidad de regenerar y equilibrar el delicado nicho ecológico de nuestra flora intestinal.
Podemos definir al kéfir como una bebida fermentada carbonatada ácida, cuyo sabor se debe a la presencia del benéfico ácido láctico.
Los nódulos de kéfir contenidos en este envase han sido deshidratados para facilitar el transporte y su conservación.
El contenido del sobre permite iniciar el cultivo de un litro de kéfir. Previamente deberán ser rehidratados. Para ello, basta colocarlos en un recipiente con agua azucarada a temperatura ambiente durante doce horas. Luego se cuelan, se desecha el agua resultante, y con esos nódulos hidratados ya se puede iniciar el cultivo.
Se aconseja cultivarlos en agua, a fin de gozar de mayores beneficios.